filipinas espana
Esto quizá explique por qué el puerto de Acapulco solo cobraba vida a lo largo de la estancia del Galeón de Manila, mientras que el resto del año los viajeros lo describen como una suerte de aldea insalubre, con ciertas chozas de madera o barro, tal como una escasa población mulata que residía en el lugar. El Galeón de Manila fue la embarcación autorizada por la corona de españa para realizar el comercio entre sus colonias. De acuerdo con los viajeros de la época, la travesía era sensacional como dañina, pues duraba en torno a medio año. El navío ascendía hasta el puerto de San Francisco en California y poco después descendía por la costa del Pacífico, atracando en el puerto de Acapulco en el mes de diciembre. Durante su estancia en tierras novohispanas, entre los meses de enero y febrero, se desembarcaba la mercancía y se acordaban los costos de los suntuosos modelos asiáticos como la seda, porcelana o muebles de madera, aunado a la organización de su feria.
Leer mas sobre organigrama de una empresa aqui.
San Luis Potosí
Los japoneses no percibieron una diferencia entre los ciudadanos alemanes, con lo que la red social judía de Manila; cientos de judíos alemanes austriacos no se confrontaron al internamiento en Facultad de Santo Tomás. No obstante, otros 250 miembros de la red social judía, incluidos los miembros estadounidenses más influyentes, fueron enjaulados de inmediato, así estadounidenses de otras religiones y civiles y “enemigos extranjeros”. Los japoneses utilizaron la sinagoga y la sala adyacente para almacenar municiones y fueron totalmente destrozados en la guerra. A lo largo del periodo novohispano, estas islas dependían directamente del virrey de la Novedosa España, incluso mucho más de lo que lo hacían las provincias internas de México. Todas las provisiones reales eran remitidas desde aquí hacia Filipinas y las relaciones sociales, comerciales y diplomáticas de ésta con China, Japón y otros países de Oriente eran también reguladas desde la ciudad más importante. Los tratos se intensificaron en el momento en que se hizo el hallazgo de la ruta del tornaviaje de Filipinas hacia la Novedosa España en 1565, la toma de Manila en 1571 y el establecimiento del llamado Galeón de Manila en 1573.
No todos continuaron en el centro del virreinato, pero es evidente que cientos y cientos de «chinos» libres se establecieron en la costa del Pacífico y en la ciudad más importante virreinal. En 1524, Carlos I mandó una enorme flota a la zona, la segunda expedición española a Asia Oriental. Apuntada por García Jofre de Loaisa y compuesta por siete barcos, partió, en julio de 1525, del puerto de La Coruña. Los ciento cinco sobrevivientes -de los cuatrocientos cinco iniciales- finalmente llegaron a Mindanao y, más tarde, a las preciadas Molucas. A lo largo de los siguientes años, españoles y portugueses lucharon por el control de estas islas.
Am Lat. Hist. Econ No.36 México Jul.
Leer mas sobre dentistas y ortodoncias en chile aqui.
El último viaje del Galeón de Manila se efectuó en 1815, servicio que fue suspendido por la guerra de independencia. No obstante, desde mediados del siglo XVIII, Acapulco perdió pausadamente su relevancia económica con la apertura de otros puertos en el Pacífico que competían con éste, como San Blas o Panamá, así como la utilización de nuevas sendas de viaje como Cabo de Hornos. Aunado a lo anterior, asimismo redujo el número de productos asiáticos autorizados para su venta en América y, en consecuencia, de la plata transportada.
filipinas espana
La flota, compuesta por cinco barcos, partió del puerto de la Navidad el 21 de noviembre de 1564. Tras fondear en múltiples islas del Pacífico, llegaba a Filipinas, en concreto a la isla de Tubabao el 13 de febrero y posteriormente a Cebú el 27 de abril del mismo año, para detallar allí el primer establecimiento persistente en las islas Filipinas. Las expediciones de Magallanes y Loaisa fueron las dos primeras y las únicas que partieron de la península ibérica para Asia Oriental. Hernán Cortés, que se había enterado del viaje de Loaisa, designó a Álvaro Saavedra Cerón para dirigir un viaje a las Molucas.
Frente a este complejo hecho, cabe nombrar que Filipinas fue el único país asiático que votó por el establecimiento del Estado de Israel en la ONU en 1947. Históricamente la presencia de los judíos en Filipinas se posiciona en el siglo XVI en el momento en que la Inquisición Española obligó a varios judíos de España a convertirse al cristianismo o escapar. Esta nave, también conocida como Nao de China, dejó no solo un flujo regular de mercancías, sino más bien también de noticias, ideas y personas a través del Pacífico.
Con esto la compañía de Colón asimismo alcanzó su objetivo, la de producir un punto de conexión entre oriente y occidente. En suma, la obra de Luis Alonso es una aportación de primer orden para la historia no solo de la Hacienda de las Filipinas, sino más bien de las relaciones del archipiélago con México y España, desde la llegada de Legazpi hasta la época de la independencia de América. Se trata por ende de una obra fundamental y también imprescindible que, por encima de todo, renueva de modo radical nuestro conocimiento y nuestra percepción de las coordenadas que definieron el devenir de las islas Filipinas durante los tiempos modernos. La atención a la historia colonial de las islas Filipinas en España fué constante pero muy limitada durante el largo siglo que media desde la disolución del imperio insular español del ochocientos y nuestros días. Si la recientemente desaparecida maestra Lourdes Díaz-Trechuelo fue la referencia obligada a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX, otros nuevos especialistas fueron llegando en sus décadas finales a este espacio descuidado por la historiografía de españa, auténtica cenicienta del americanismo hispano. Los últimos en incorporarse a la labor fueron los integrantes de un equipo de investigación que incluía singularmente a Josep María Angosto, Josep María Fradera y Luis Alonso, instructores los dos primeros de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y el segundo de la Universidade da Coruña.
Esta, señores, es la gran obra de España. Algo que no ha conseguido casi ninguna otra nación salvo Roma. Roma y la Iglesia hizo España, y España hizo a medio mundo, entre ellas, filipinas. https://t.co/gYQmtuwH0P
— TIBERIO🏺 (@Letram_Sorc) April 30, 2021
La independencia de Filipinas se concreta el 4 de julio de 1946, por órdenes del presidente Harry S. Truman con el que se establecía la constitución de 1935 como la Carta Magna del país. Con la llegada Segunda Guerra Mundial, Japón ocupa la Mancomunidad Filipina, el nombre oficial frente USA, y también instituyó una segunda república controlada desde Tokio de 1942 a 1944. Una gran parte del gobierno filipino acabó exiliado hasta 1945 con el objetivo del enfrentamiento armado.
Más allá de que la mayor parte de los nombres filipinos son de origen hispano, muy pocos filipinos conocen el verdadero origen de sus nombres y se sorprenden mucho cuando un español o un mexicano tiene su mismo nombre; pasa precisamente lo mismo cuando un mexicano conoce a su tocayo asiático. [newline]Según historiadores, la existencia de los independentistas mexicanos en Filipinas propició que se expandiera el pensamiento libertario por todo el archipiélago, jugando un papel esencial en la futura independencia filipina. El comercio marítimo del Galeón de Manila transformó de manera rápida a este país -en ese tiempo virreinato- en el principal punto de trueque entre Asia y América, con lo que gran parte de la mercancía que procedía de Oriente se quedaba en el Puerto de Acapulco para ser distribuida en el territorio y parte de los otros virreinatos. El resto de la mercancía era trasladada hasta Veracruz, donde ya la aguardaban los Galeones Españoles completados para emprender el viaje rumbo a Europa. Todo empezó en 1521, fecha donde Hernán Cortés conquistó el actual territorio mexicano para España. Ese mismo año, el conquistador portugués Ferdinand Magellan demandó las islas Filipinas para exactamente la misma corona.
Lea mas sobre guia-transportes aqui.
- Una vez que la Nao de China atracaba en el puerto, se organizaba la importante feria de Acapulco, considerada por Humboldt como “la más conocida de todo el mundo”.