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En Filipinas, Una Guerra Civil Ignorada Por El Mundo

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El 201 entró en acción por su cuenta cerca de Vigan, donde los japoneses estaban atrincherados y la única manera de sacarlos era volar cerca de la cordillera, ejecutando peligrosos bombardeos en picada. Los mexicanos cumplieron con el trabajo, para desconcierto de los estadounidenses, que los apodaron “narices blancas” por la pintura en sus cubiertas. Los pilotos habían volado tan cerca de los nipones que entre los primeros aviones recibió “2 impactos en las alas”, según Vázquez. Mientras tanto, la contraofensiva estadounidense comenzó a ofrecer frutos, aunque a un costo humano asombroso.

La respuesta, insoslayable, no fue una carta, sino más bien el derribo de un segundo barco, el Faja de Oro. En un discurso televisado el sábado por la noche y ante una multitud en la sureña localidad de Davao, Rodrigo Duterte mencionó que los filipinos que lo asistan en la sangrienta guerra contra la delincuencia van a ser retribuidos. No obstante, para Donald Trump esta ruptura hasta el día de hoy no le causado ningún tipo de reacción, de acuerdo con expertos de todo el mundo sería todo lo contrario, puesto que para él mantener a las tropas estadounidenses en Filipinas es asignar elementos plus. USA y Filipinas mantienen una fuerte relación comercial y de inversión, con más de 27 mil millones de dólares en recursos y servicios comercializados. USA es uno de sus mayores inversores extranjeros y su tercer colega comercial. El acuerdo firmado poco antes de la llegada del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, daba cobertura legal a la entrada de tropas estadounidenses para la realización de ejercicios de entrenamiento grupo con las Fuerzas Armadas filipinas.

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Estando en La capital española, Rizal se relacionó con la colonia filipina e, incluso, llegó a tomar enseñanzas de pintura y modelado en la Academia de Hermosas Artes de San Fernando. Años más tarde, en 1885, al contar ya con el título de licenciado en Medicina, se dirigió a París, para estudiar y especializarse en oftalmología con el célebre doctor Louis de Wecker ―a quien hay que, entre más, la escala Wecker, de medición del nivel de ceguera visual, y las tijeras Wecker, para cirugía ocular―. Un año después viajó a Alemania, donde completó su especialización, ampliando al unísono su conocimiento de los lenguajes.

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Eran en total 48,000 miembros del ejército, todos ellos sin experiencia en una guerra fuera del territorio nacional. La aversión por los estadounidenses raras veces tuvo tantos motivos como en aquel entonces. No habían pasado ni 30 años de la última ocupación de Estados Unidos a México, ocurrida en 1914, mientras que sucedía la revolución mexicana.

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Actualmente, la compensación que paga USA por la retención de sus bases militares en Filipinas se cuantifica en millones de dólares todos los años. Las ocasiones de empleo, la adquisición local de recursos y servicios básicos y el gasto personal de los estadounidenses asignados a las bases, son otras contribuciones económicas importantes derivadas de las presencias militares. La internacionalista arguye que romper este acuerdo sí podría traerle pérdidas esenciales a la nación filipina, pues era importante por las cuestiones económicas, de seguridad y la parte militar. Mantener una aceptable relación con los USA significaba preservar la composición económica que ya tienen establecida, por otra parte, al buscar un acercamiento con China, optan por crear un lazo con una nación que se está transformando en una de las economías más importantes del mundo.

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Mientras que el Estado español estaba entusiasmado en la obediencia y el orden, Manila se transformó en una capital comercial y militar; era la ciudad dominante del tráfico transpacífico que precisaba ser protegida del incesante hostigamiento holandés de esta primera mitad del siglo XVII. Lo que mucho más le importaba era la “reputación de las armas de la monarquía en aquellos reinos”; en otras palabras, estaba más concentrado en de qué forma evitar una humillante derrota en oposición al enemigo neerlandés y eludir la capitulación de Filipinas frente a las Provincias Unidas del Norte. Por lo tanto, Manila se constituyó en una “frontera abierta” y se convirtió en un apreciado medio para intercambios materiales, culturales y humanos en la mitad del peligro incesante (García-Abásolo, 2011, partido popular. 77-82).

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La mayoría del país es católica, pero un diez% ejerce la fe musulmana. Este sector de la población se encuentra concentrado en las islas al sur del archipiélago. Ya hace décadas, la región -famosa como Bangsamoro- ha exigido y luchado por su independencia. El gobierno de Duterte les prometió concederle la autonomía, pero para los conjuntos guerrilleros mucho más extremos, esta promesa no fue suficiente. El análisis anunciado se centra en el lugar del poder de la monarquía española en Filipinas en consonancia con un grupo del clero regular en el contexto de la primera mitad del seiscientos. La intención que lo animó fue la de buscar esquemas explicativos al considerable esfuerzo del Estado español para mantener el archipiélago como posesión sufragánea de la monarquía al emplearlo como “defensa”, “antemural” y “freno” de sus enemigos en labras de resguardar las Indias Occidentales, geniales productoras de plata, y así eludir fuertes costos de protección en América.

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En el momento en que se charla de la gran guerra o de la segunda guerra mundial, todas las anécdotas suelen verse lejanas en México. Los nazis, la invasión de Polonia y hasta la ocupación de Francia se suelen revisitar desde un cerco que sostiene una distancia segura de aquellos eventos. Pero en 1942 el cerco lo desmoronó un submarino nazi, con misiles al barco mexicano lleno de petróleo el Potrero del Llano.

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Precisamente, una de las precauciones primordiales se derivó del acompañamiento estatal y de la idea privada del que gozaba San Juan de Letrán para la conservación de sus internos. Se pone en práctica una idea muy primigenia basada en la creación de milicias que parecía muy eficaz para la gobernación insular, de este modo lo apuntó el rey en 1623 al insistir en “la caridad con que los vecinos de esa ciudad acuden con sus ordinarias limosnas” a San Juan de Letrán. Por lo tanto, apremió al gobernador Alonso Fajardo de Tenza a “que los pequeños que ahí se criasen los inclinen particularmente a la marinería y, a los que a esto no se inclinaren, a soldados” (APDNSR, SJL, t. 1, doc. 1; AGI, Filipinas 7, ramo 5, núm. 68, p. 1). Con todo, la Orden de Predicadores nimbó la posición del colegio en 1648 al apuntar “que para el aumento y conservación de esta república conviene sea ayudada la crianza de los dichos niños huérfanos por haber exhibido la experiencia que de ellos han salido y salen muchos soldados”. Con este argumento se comprobaba la necesidad en Manila de una institución encargada de conformar gente de guerra; se creía que los huérfanos daban mejores desenlaces como tropa, y se les conformaría como batallón, pero con la exigencia de que sus integrantes fueran descendientes de españoles y mestizos. Por último, las evidencias que sostenían la preferencia de tipos de estas calidades se veían en una mayor lealtad al rey, de este modo las autoridades insulares estaban decididas a eludir una familiaridad amenazante con los soldados llegados desde Novedosa España.

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  • Se pone en práctica un concepto muy primigenia basada en la creación de milicias que parecía muy efectiva para la gobernación insular, de esta manera lo apuntó el rey en 1623 al insistir en “la caridad con que los vecinos de esa localidad acuden con sus ordinarias limosnas” a San Juan de Letrán.
  • Se había pedido que la delegación mexicana hablara inglés y una parte de las delegaciones de estadounidenses podían charlar español.

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