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Los españoles que llegaban eran más bien descendientes de peninsulares nacidos ya en México . El día de hoy la gran mayoría de los apellidos filipinos nos son muy familiares a los hispanoparlantes. Manila tiene una de Miguel Noble y Costilla, al tiempo que en Recorrido de la Reforma hay una escultura al héroe nacional lipino José Rizal a virgen de Guadalupe es la santa patrona de México? Su culto es importante en todo el país, pero singularmente en la segunda zona metropolitana más grande, Cebú. Aquí hay incluso santuarios aplicados a la morena del Tepeyac y uno que otro pueblito con su nombre.

Incluso hay expresiones de origen nahuátl como «palenque», «tianguis»o «jícama». Dos integrantes del Escuadrón 201 besan a Conchita Carmelo, hija del cónsul mexicano en Filipinas. Entre los héroes mexicanos mucho más insignes de esa temporada fue Epigmenio González -cuyo nombre está en la Columna de la Independencia a la vera de Noble- quien fue desterrado a Filipinas y que ha podido regresar a México treinta años después, en el momento en que la Corona Española reconoció de manera oficial la Independencia de México.

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Hoy, ese destilado solo queda en la memoria de ciertos cuantos colimenses, en los papeles viejos de ficheros mantenidos en el tiempo. Y, sin embargo, en todo el siglo XVII, primordialmente en la provincia de Colima, pero asimismo durante la costa del Pacífico, hasta Acapulco, fue el primer aguardiente fabricado en la Novedosa España que circuló ampliamente en el mercado de bebidas alcohólicas y que se vendía hasta el Altiplano, dando su energía a los mineros que seguían las vetas de plata. La palma de coco llegó a la Novedosa España con el Galeón de Manila y, adjuntado con este, una cantidad enorme de filipinos que trajeron su savoir faire enseñaron cómo emplear el destilador filipino, primeo con la tuba como materia prima, cuya técnica después se trasladó al fermento de las cabezas de agave cocidas para realizar mezcal. Este, con el pasar de los años, logró vencer sobre su rival y desplazó al vino de cocos. Con esto se cierra una parte de una historia que inició en Filipinas y que llegó hasta las minas de Zacatecas, pasando por Colima y las cercanías de Acapulco. Pero nos queda la tuba, y esta historia que hasta hoy no se había contado con puntualidad.

También hay una inclusión de criterios donde hace aparición la etiqueta “españoles” y “criollos”, sin que se tenga la seguridad de que fuesen “blancos”. Aún más, en el censo de Manila de 1634 solo se muestran vecinos solteros, en matrimonio, viudos y viudas , pero no se refieren sus letras y números “raciales”. En cuanto a los conceptos “mestizas” y “mestizos”, sobran en la documentación del siglo XVII, por lo que, desde el punto de vista numérico, eran demasiados los concebidos antes del matrimonio, cuyos progenitores no eran obligados a casarse. En todo caso, se puede hablar de habitantes hispano-mexicanos y del mínimo porcentaje de población de origen novohispano y peninsular. Aquí claramente se exalta que el avance del Estado español como un Estado moderno estuvo marcado por el propósito de la seguridad militar de los territorios hispano-filipinos. Por ende, las relaciones entre el gobierno civil y las autoridades eclesiásticas dependían de intereses mutuos; de esta manera, los dominicos han tomado parte activa en la producción de soldados, de tal modo que los internos de San Juan de Letrán serían inducidos a formarse como gente de mar y de guerra para los reales campos de Manila.

En el Colegio de San Juan de Letrán se planeó que los internos sirvieran a la monarquía formándose como gente de mar y de guerra, y esa necesidad se apoyaba con el argumento de la subvención estatal. Esta infantería a la que, con base en las fuentes consultadas, provisionalmente se le puede adjudicar una mínima proporción de plazas de soldados, resulta esencial pues se prefería a personas que respondían a la calidad de español y mestizos para formarse como milicias en Manila. Si bien no puede pasar inadvertido que eran individuos que satisfacían ciertas características, como una visión favorable fundamentada en la fidelidad a la Corona, soldados y marineros adiestrados exclusivamente para funciones militares que podrían ser usados en todo momento, y que también se sostendrían separados de las tropas recién llegadas de la Nueva España para evitar vínculos dañinos. La conquista de Filipinas supuso el freno a la paulatina expansión islámica hacia el norte.

Ordenó al Virrey de la Novedosa España (México) Luis de Velasco, equipar una flota e ir a apoderarse las islas que Magallanes había descubierto en oriente. Legazpi al desembarcar en ellas y observar su falta de comodidades no se detuvo mucho allí, se contentó con hacerse amigo de los habitantes y continuó con su viaje. Van de 0° a 180° hacia el Este y de 0° a 180° hacia el Oeste, partiendo del meridiano de Greenwich, asimismo popular como meridiano cero o meridiano de origen. Para hallar un país, una isla o montaña en el planeta, también es requisito tener referencias; para ello existen las coordenadas geográficas, las cuales son líneas imaginarias que cubren la Tierra en forma de red, donde las verticales se los conoce como meridianos y las horizontales paralelos. El sitio de la Biblioteca Digital Mexicana , tiene como objeto dar a conocer documentos históricos y culturales de importancia para la nación, preservándolos y ampliando el saber de la historia y la civilización a favor de la sociedad, actuando sin ánimo de lucrar. El material documental es únicamente para solicitud y se prohíbe cualquier descarga o reproducción total o parcial.

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Así, la regulación significaba el ordenamiento para producir en la ciudad más importante algo de lo que carecían las islas para su defensa militar, que eran los soldados mandados desde Novedosa España a través del Pacífico para librar la guerra hispano-de holanda en el propio archipiélago filipino. Se terminó por autorizar, en 1640, al gobernador en turno, Sebastián Hurtado de Corcuera, que se transformara en patrono del instituto, y de ahora en adelante este fue sufragáneo de los dominicos y transformado en colegio bajo protección real (APDNS, SJL, t. 1, doc. 2, fs. 9-23). Filipinas se transformó en un espacio donde se procuró reproducir exactamente las mismas maneras de organización ensayadas en América, pero la monarquía española en Asia procuraba en esa primera mitad del siglo XVII su expansión y afianzamiento a través de el reforzamiento militar del archipiélago. Este artículo trata de enseñar cómo se desarrollaron las esferas de intereses mancomunados entre el gobierno filipino y la Orden de Reverendos mediante los medios empleados para producir soldados en las islas, tal como las dificultades enfrentadas.

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• Una última parte, analizada aparte, es la incorporación de los señores indígenas, los señores del barangay, como recaudadores al servicio del sistema impositivo español, si bien este capítulo se ocupa de varios otras caracteristicas nuevos de la evolución de estas principalías indígenas, típicas de la isla de Luzón y de las Bisayas, bajo el dominio hispano.
• A través del Decreto de Educación del 20 de diciembre de 1863, la reina Isabel II decretó el lugar de un sistema escolar público y gratuito que usa el español como lengua de enseñanza, dando rincón a un número creciente de criollos educados.

El envío de indios, mestizos y mulatos como efectivos militares desde Nueva España a Filipinas acrecentaba el desprestigio de la infantería española, o, como se afirmaba en la época, la “reputación” de las armas de la monarquía en Asia, ya que esos elementos humanos eran clasificados como “gente de mal llevar a cabo” (AGI, Filipinas 9, ramo 1, exp. 1, p. 3). La infantería llegaba desarmada, sin arcabuces, a lo que se agregaba la escandalosa pobreza de los soldados atribuida a los desmesurados adeudos y retrasos de sus salarios por la parte de la Corona (AGI, Filipinas 329, libro 1, partido popular. 39v. y 40r; Filipinas 7, ramo 1, núm. 17, exp. 1, pp. 38 y 39, y ramo 5, núm. 53, exp. 1, p. 8). Desde su fundación en 1623, el rey le requirió al gobernador que contribuyese a la conservación, el desarrollo y el cuidado de la institución. Juan Grau y Monfalcón respondió que la casa-instituto era de las más pobres, por lo que era necesario dotarle de una pensión sobre confías vacantes para subvenir sus necesidades, pues desde agosto de 1626 los internos sólo habían disfrutado de una asistencia anual de 300 pesos. En cualquier caso, desde noviembre de 1627 el gobernador general era el responsable de proveer lo preciso para el sostenimiento con una asistencia de la Mesa de la Clemencia.

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Y resultaba que ese meridiano se encontraría aproximadamente en la región del sureste asiático, el lugar adonde habían llegado, cada uno de ellos por caminos diferentes, los españoles y los portugueses. Así que no quedaba claro si las apreciadas Molucas pertenecían a la demarcación de españa o a la portuguesa. Meses antes, una pequeña nave correspondiente a la expedición de Loaysa, el patache Santiago, se había extraviado después de pasar el ajustado de Magallanes. Siguió su viaje bordeando la costa occidental de América hasta llegar a Novedosa España. Tras su éxito con el imperio mexica, Hernán Cortés todavía se ofrecía a navegar y apoderarse tierras asiáticas, tal como hace aparición prácticamente en el final de su quinta Carta de Relación, redactada en septiembre de 1526 en la localidad de Tenochtitlán.

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