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cual es el dia de la independencia de peru
Don José de San Martín despertó a las 9 de la mañana, se puso el uniforme de gala y, previo saludo a sus jefes de estado, se preparó para la proclamación. El monitor Huáscar despachó un bote con múltiples individuos de la guarnición, tres oficiales subalternos y el Mayor de Ordenes, Capitán de Fragata Manuel M. Carbajal, quien atentamente saludó y expresó sus condolencias personales a los Oficiales quienes lloraban por la pérdida de su buque. El transporte Rímac, conducía un regimiento de carabineros, denominado Yungay formado por mucho más de 258 hombres.
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Las fuerzas comandadas por Álvarez de Médanos se dirigen a Pasco, Tarma y Jauja, y vencen al ejército realista de Carratalá. Las fuerzas fueron comandadas por Juan Antonio Álvarez de Médanos y se dirigieron a Huamanga, Jauja, Tarma y Huaura para revindicar los ideales independentistas. La campaña supuso una victoria estratégica, ya que causó el debilitamiento político del virrey Pezuela, quien entonces sería depuesto. La ceremonia contó con los protocolos de bioseguridad preparado por las autoridades. Así mismo, estuvieron presentes, el prefecto regional, Julio Hancco; tal como la presidenta la Corte Superior de Justicia, Yenny Margot Angosto; también asistió el jefe la VII Macro Zona Policial del Cusco, Gral. Se memoró, por primera vez, la Proclamación de la Independencia del Perú efectuada por el cusqueño Agustín Gamarra en 1825, hecho que selló la independencia de la patria.
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Pero, todos ellos al final estuvieron de acuerdo en que había que formar una exclusiva patria, una patria que hemos heredado con un pasado histórico riquísimo pero con enormes problemas que aún en este momento intentamos de recomponer. A objetivos del siglo XVIII, la medicina nacional, entendiéndola por la capacitación de médicos y por los servicios de atención de salud que se ofrecía, estaba en una situación desastrosa. La medicina que España trajo a sus colonias fue una medicina medieval que, cuando se estableció en el siglo XVI, no llegó con las nuevas ideas surgidas en ese instante en los demás países europeos. El siglo XX está marcado por el lugar de un alegato histórico nacional que busca peruanizar la Independencia sin cuestionar el protagonismo de los libertadores. La historiografía en ese sentido dio relevancia a la figura de los predecesores ideológicos del siglo XVIII, si bien esencialmente vecinos de Lima, patentizaban el surgimiento de una conciencia nacional que logró posible la Independencia. Ad portas de la conmemoración oficial del bicentenario –o de los bicentenarios- es bueno detenernos a meditar en aquellas cosas que nos faltan como país.
Abascal cuando llegó al Perú en 1806 continuó con el proceso de acercamiento entre el gobierno virreinal y las elites limeñas, sinuosas e intrigantes, que buscaban promover sus propios intereses. La mayoría de los peruanos ilustrados creyeron que una conciencia de america o de peruanidad era coincidente con la supervivencia de la monarquía borbónica. Sólo querían la reforma política; esto es, la igualdad entre peninsulares y criollos y una mayor participación en los cabildos23.
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- A los 9 años de edad se embarcó como aprendiz de grumete en un buque mercante, pero este primer viaje se frustró al zozobrar la nave en frente de la isla Gorgona .
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Más tarde, en 1808, Unanue convenció al virrey Fernando de Abascal para construir un nuevo colegio único de médicos y cirujanos siguiendo los usos europeos; y, ambos dedicaron esfuerzos para hallar las subvenciones y también iniciar la construcción del colegio. La Junta Superior de Medicina y Cirugía de Cádiz aprobó el 9 de agosto de 1811 el pedido de formar el instituto. El 23 de mayo de 1806 entraron en Lima, donde encontraron que el doctor Pedro Belomo, cirujano naval español, había comenzado ahora la vacunación en la localidad con linfa vacunal traída de Buenos Aires pocos meses antes. Ni bien Jenner dio a comprender su procedimiento vacunal, la Corona Española fue entre las primeras en adoptarla considerando las epidemias de viruela que causaban una elevada morbilidad y mortalidad en sus colonias. El médico militar alicantino Francesc Xavier Balmis y el médico catalán Josep Salvany se embarcaron hacia América con el suero de la vacuna y 21 pequeños del orfanato de La Coruña.
De forma temporal (esto es turismo, tratamiento médico, negocios, trabajo temporal, o estudio. Para bastantes patriotas, finalmente, la independencia no venía de la mano de una república sino de una monarquía. El propio José de San Martín planteó el lugar de una monarquía peruana con un príncipe traído de Europa.
Y los territorios vecinos, antes de su independencia, tenían en claro que en el Perú lograban el mejor destilado de uva, el pisco. Sifuentes Alemán analizó los documentos oficiales comprendidos en esos ocho años del XIX, preocupado porque por lo que respecta al licor bandera “los historiadores adelantan conclusiones y lo ven tal y como si podría haber sido ‘una temporada de sequía’, donde no hubo producción ni elaboración del pisco, crisis, bancarrota, caída”. Su investigación da fe, en cambio, de que nunca se dejó de producir, comercializar ni menos consumir el pisco mientras nos calzábamos el ropaje de la independencia. Doscientos años después de ese momento epifánico entre mares, el pisco, destilado de uva con nombre quechua de ave y de localidad iqueña, también vivió la independencia del Perú. En las primeras décadas del siglo XIX, el general José de San Martín lideró el Ejército Unido Libertador con la intención de emancipar a los países del sur.
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A puertas de celebrar los 199 Aniversario Patrio, no podemos dejar pasar una fecha tan importante para la narración de nuestro país. Un día como el día de hoy, hace 199 años, se firmó el Acta de la Declaración de la Independencia del Perú. La evocación de libertad, la resolución de los peruanos de aquel entonces de por el momento no proseguir bajo el dominio español, se plasmaba en un archivo. Si bien es verdad formalmente el acta fue firmada en un cabildo convocado por el entonces alcalde de Lima, Conde de San Isidro, donde participaron las mucho más distinguidas personalidades de aquel tiempo, este sentir se escuchaba en la Costa, en la Sierra y en la Selva. Cuentan historiadores que incluso a las afueras del cabildo, cientos de personas chillaban su respaldo al acta que se firmaba.
Mientras en Huánuco se tomaba el guarapo y en las ciudades del norte el ron, al sur y norte de Lima la costumbre era pedir aguardiente de uva. Desde Tacna, Moquegua, Arequipa, Áncash y Lima, los mercaderes llegaban con sus “botas” o botijas de aguardiente. “Fazen bastante aguardiente en el Perú y realmente bueno”, escribió Pedro de León Portocarrero mientras que navegaba por los mares del sur y retornaba a España, abrazado a una botija de licor bendito. El “Judío portugués”, mote con el que se le conocía, hablaba con conocimiento de causa, que debería ser la única forma de conocimiento y no el tictoqueo. Él había pasado siete fructíferos años entre Lima e Ica, entre 1609 y 1616, para ser mucho más precisos, saboreando el buen fruto de los viñedos del joven Virreinato del Perú. Más allá de que se puede optar por cualquier ciudad, hay varias que durante la temporada de fiestas son las más elegidas.